Mientras la familia Duckett disfrutaba de una vida apacible en el interior de la casa, este patio era un centro de gran actividad.
Dentro de estos edificios había un despacho, cocheras, establos, guadarneses y alojamiento para los empleados de la finca.
Sin tiempo de ocio
Las personas que trabajaban en Duckett’s Grove disfrutaban de poco tiempo libre. A menudo estaban obligadas a trabajar seis, o incluso siete, días a la semana.
Los mozos de cuadra y los herradores estaban siempre atareados con la constante entrada y salida de caballos, pues los establos podían albergar hasta cuarenta ejemplares a la vez.
La finca también contaba con su propio apicultor y un cerrajero. De hecho, si se fija en las puertas del patio comprobará que algunos de los cerrojos originales todavía siguen utilizándose hoy en día.
Conozca al señor Mitchell
Utilice la audioguía para conocer al señor Mitchell. Como mayordomo de Duckett’s Grove, él sabe mejor que nadie cómo era la vida aquí fuera, en el patio.
Recogida de heno en los prados de Duckett’s Grove
Un miembro de la familia Duckett se prepara para una cacería.
Un mozo de cuadra se ocupa de los caballos en el patio de Duckett’s Grove.
Una jornada de trabajo en las caballerizas de Duckett’s Grove.