Tinryland
Los restos arqueológicos indican que la zona de Tinryland y sus alrededores llevan más de 5.000 años habitadas. En ese tiempo, este pequeño lugar dio cobijo a carismáticos rebeldes, vio celebrarse enormes carreras, contribuyó a dotar a Irlanda de luz eléctrica y, desde la cercana localidad de Clonmelsh, incluso dio a Luxemburgo su santo patrón.
El rebelde que no regresó nunca
En 1798, Peter Ivers, un joven de 25 años de Tinryland, fue el carismático líder de los Irlandeses Unidos de Carlow. Cuando las autoridades asaltaron una reunión de los líderes en Dublín, Ivers fue uno de los arrestados. Aunque se libró de la ejecución, lo llevaron a Australia y no regresó a Irlanda nunca.
Ballybar: La Cheltenham irlandesa
Pese a que hoy es un lugar muy tranquilo, Ballybar acogió antaño una de las carreras más populares y coloridas a menos de 1 km de aquí. Durante los siglos XVIII y XIX, más de 80.000 se reunían aquí para disfrutar no solo de las carreras de caballos. Según dicen, había tiendas espectaculares de seda y sarga, y los protagonistas, con hermosas prendas, se juntaban con estafadores, cantantes de baladas, queseros y vendedores de puros.
Una conexión con los entierros antiguos
En 1943, los granjeros Jim Townsend y Larry Byrne, de una zona cercana a Linkardstown, golpearon en varias ocasiones una gran roca mientras araban. Al cavarla, se vieron frente a un hallazgo de enorme importancia arqueológica. La roca cubría un cementerio neolítico de 2 m x 2,3 m donde había un esqueleto con elementos de cerámica y la cabeza de un hacha. Esas tumbas a día de hoy se conocen como las tumbas de Linkardstown. Los objetos recuperados de la zona forman parte de la exposición permanente del Museo Nacional de Irlanda.
Disney: de los comienzos humildes a Hollywood
En el cementerio de Clonmelsh, a 5 km al suroeste de aquí, está la tumba del tátara-tátara-abuelo y la antigua sepultura familiar de Pierce Butler, firmante de la Constitución estadounidense, que nació cerca de aquí, en Garryhundon. A menos de 700 m de aquí está el monasterio donde San Willibrordo, que acabaría por convertirse en patrón de Luxemburgo, estudió durante doce años.
Para transformar Irlanda
En 1946 comenzó la electrificación del rural de Irlanda, la conocida como “Revolución Tranquila”. En 1927, Paddy Dowling, originario de Tinryland, fue uno de los primeros empleados de la Junta de Suministro Eléctrico. Fue clave a la hora de desarrollar y, finalmente, coordinar este gran proyecto, por el que se le conoció como “el Apóstol de la Electrificación Rural”. Por este trabajo se le nombró Ciudadano de Carlow del Siglo en 1999. Así pues, en 1947, no es sorprendente que Tinryland fuese la primera parroquia del Condado de Carlow que se beneficiase de este sistema cuando 268 clientes de la zona aceptaron unirse.
Los molinos de Milford: de la industria a la calma
Pese a que Milford, situada parcialmente en la parroquia de Tinryland, a 5 km de aquí, hoy parece falsamente tranquila y rural, en su momento fue uno de los principales centros industriales de Irlanda. Milford, situada junto al río Barrow, un conductor de electricidad y vía de transporte, era la ubicación ideal para molinos. En 1784, la familia Alexander se hizo con un pequeño molino y, en 1819, ya había tres enormes molinos produciendo harina, malta y avena tanto para el mercado nacional como para el de ultramar. En 1890 proporcionaban electricidad a Carlow, lo cual la convirtió en la primera localidad del país, si no del mundo, en tener luz eléctrica urbana. Hoy Milford es considerada una de las zonas más pintorescas de la llanura de Carlow, con puentes serpenteantes y una bonita presa.